viernes, 4 de febrero de 2011

Perdón.

Aún no os conozco, no habéis nacido y os debo ya tanto; de hecho, todos nosotros os lo debemos. Sois los hijos de mis hijos, y sus nietos, aún no nacidos, y os pido perdón. Perdón por la derroche, perdón por la desidia, perdón desde una sociedad rica y consumista que vive en una irreal abundancia a costa de lo que os pertenece a vosotros, los que estais por venir. Perdón por contaminar vuestras aguas, por quemar vuestros bosques, por arrasar la tierra yerma que habréis de heredar. Perdón por no ser capaces de reacionar, de ver más allá, de pensar en vosotros. No quisimos hacerlo, no quisimos pensar que arrancabámos de la tierra la energía que os petenecia y solo devolvemos humo: veneno en el aire, veneno en la tierra, veneno en el mar. No supimos darnos cuenta de que todo era un sueño irreal y estábamos quemando vuestro futuro. Pudimos hacerlo. Vivir con menos, gastar menos, derrochar menos... 
¿Porque no lo hemos hecho? Nuestra opulenta vida a condenado la vuestra. No se que será de vosotros. No se si os quedará algo. No sé. Corazones que aún no laten, ojos que espero que algún día puedan ver algo más que desierto, y dolor de su tierra muerta. Por esto y mucho más, hijos de mis hijos, sangre de mi sangre; no puedo si no pediros perdón.


1 comentario:

  1. es precioso lidia es precioso!
    se nota que te ha salido del corazon muy bonito y tambien se aprecia que acabamos de estudiar literatura.
    tema de la obra: tristeza por nuestros actos inapropiados y tristeza por lo que se van a encontrar las generaciones futuras.
    muy bonito

    ResponderEliminar